El Real Betis Balompié afronta la temporada con la esperanza de dar un paso al frente en el plano ofensivo. Tras varios mercados de fichajes en los que se ha buscado equilibrio entre defensa y ataque, en este curso la atención se centra claramente en la capacidad de generar goles y competir en la parte alta de la tabla. Para muchos aficionados, adquirir una camisetas del betis baratas se convierte en una forma simbólica de mostrar apoyo y confianza hacia un plantel que promete espectáculo en el Benito Villamarín.
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El nombre propio que destaca en esta nueva etapa es el de Borja Iglesias, delantero centro cuya capacidad para definir bajo presión ha sido fundamental en las últimas campañas. Su olfato goleador se combina con la inteligencia en los desmarques, lo que lo convierte en una referencia indispensable. Junto a él, la presencia de Ayoze Pérez, jugador que aporta polivalencia y dinamismo, abre la posibilidad de variar esquemas y sorprender al rival. El Betis sabe que gran parte de sus aspiraciones pasarán por la regularidad de estos dos hombres clave.
No obstante, el proyecto verdiblanco no se limita únicamente a sus delanteros consolidados. El talento en las bandas es otra de las armas a destacar. Luiz Henrique, aún en proceso de maduración, ofrece desborde y regate que pueden desequilibrar encuentros cerrados. Su evolución será observada con lupa, pues podría convertirse en uno de los grandes valores de la Liga si logra combinar continuidad con eficacia. A su lado, Rodri Sánchez es otro canterano que, con su visión y capacidad de asociación, suma creatividad en la mediapunta.
Por supuesto, en cualquier análisis del Betis resulta imposible ignorar la influencia de Nabil Fekir. El francés, aunque condicionado por lesiones en la última etapa, sigue siendo un futbolista diferencial cuando se encuentra en plenitud física. Su calidad en la conducción y el golpeo a balón parado hacen que la defensa rival siempre deba prestarle máxima atención. Recuperar su mejor nivel significaría un salto cualitativo inmediato para la plantilla.
En el mediocampo, Guido Rodríguez y William Carvalho proporcionan el soporte ideal para liberar a los hombres de ataque. El equilibrio que ofrecen en la recuperación y salida de balón es fundamental para que los creativos y delanteros puedan desplegar todo su potencial. Sin esta base, el engranaje ofensivo se vería limitado. Por ello, la directiva ha trabajado para mantenerlos como piezas angulares del proyecto, conscientes de que su continuidad marca diferencias.
El entrenador Manuel Pellegrini tiene, por tanto, la responsabilidad de gestionar un vestuario con recursos variados en el frente ofensivo. Su experiencia y su habilidad para moldear sistemas flexibles serán esenciales. El chileno ha demostrado en otras temporadas que sabe potenciar la calidad individual dentro de un bloque ordenado, y los resultados previos en competiciones europeas invitan al optimismo.
El reto, sin embargo, no está exento de dificultades. La competencia en la Liga es feroz, y equipos como Villarreal, Real Sociedad o Athletic Club han reforzado igualmente sus ataques. Para que el Betis pueda mantenerse en la lucha, deberá no solo marcar goles, sino también encontrar consistencia fuera de casa, donde en años recientes ha dejado escapar puntos importantes.
La afición, fiel como pocas en España, ya prepara un ambiente inigualable para acompañar al equipo. El Benito Villamarín será de nuevo un fortín, con la esperanza de que los nuevos retos se traduzcan en noches de gloria. Cada pase, cada desborde y cada gol será celebrado como un paso hacia una temporada que podría situar al Betis en lo más alto de la clasificación y consolidarlo en Europa.
En definitiva, el análisis del nuevo curso para el Real Betis deja una conclusión clara: el potencial ofensivo está presente, los nombres ilusionan y el proyecto tiene bases sólidas. Solo falta comprobar si la regularidad acompaña y si las estrellas logran rendir al máximo nivel. Para los hinchas, más allá de la táctica y los números, siempre quedará la ilusión de ver a su equipo brillar. Esa pasión se refleja no solo en el estadio, sino también en los símbolos que representan su identidad, como las camisetas futbol baratas que mantienen vivo el orgullo verdiblanco en cada rincón.